El primer acercamiento a la música del Diablo.

(Diablo) “[…] Mi primer acercamiento es en el radio del coche de mis padres. Después los pocos discos de acetato que tenían. El rock que escuchaba mi hermana mayor. La música que escuchaban tíos y primos. El rock clásico y nuevo en el radio. Convertirme en un adicto dependiente, que no comía por comprar discos, uno tras otro, uno tras otro. Sufrir el síndrome de abstinencia cuando no había nada nuevo que escuchar. Y el placer indescriptible de volver a escuchar algo que valga la pena. Y cuando estoy en el clímax, la aparición de Robert Johnson. Y después, todo se va a la mierda. Ya todo lo demás suena a música de aparador. Todos quieren aparentar y vender. Sólo él toca, sólo él canta, sin importarle nadie más, sólo porque el Diablo se lo ordena, por el placer que siente cuando canta, porque el infierno regresa cuando calla. Y pasan los años, y ya no importa cuanta música busques y encuentres, ya ninguna te satisface como antes. Entonces dejas de buscar. Y empiezas a  crear. Y te invitan a Cartucho. Y el Diablo se aparece otra vez. Y sufres una posesión. Y tocas, porque no puedes hacer otra cosa. 

¿No nos pasa igual a todos? […]”